París (Prensa Latina) Los datos hablan por sí solos, más de 350 periodistas y trabajadores de los medios de comunicación resultaron asesinados en el mundo de 2018 a 2022, y una cifra incalculable sufrió amenazas y acosos para silenciarlos, un fenómeno que la Unesco mira y encara con preocupación.
Por Waldo Mendiluza
Corresponsal jefe de Prensa Latina en Francia
El año pasado, 86 profesionales de la prensa perdieron la vida víctimas de la violencia, mientras las agresiones en línea se consolidaron en el planeta como una vía de censura, sin que sea posible medir con precisión magnitud y daño.
América Latina y el Caribe fue la región con más víctimas mortales en 2022, con 44 homicidios, seguida por Asia y el Pacífico (16) y Europa del Este (11).
«Tras varios años de descensos consecutivos, el fuerte aumento del número de periodistas asesinados en 2022 es alarmante. Las autoridades deben redoblar sus esfuerzos para poner fin a estos crímenes y garantizar que sus autores sean castigados, porque la indiferencia es un factor importante en este clima de violencia», advirtió en enero la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay.
El problema no es nuevo, ni tampoco la inquietud que genera, de ahí que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) lanzara en 2012 el Plan de Acción sobre la Seguridad de los Periodistas y la Cuestión de la Impunidad.
Desde entonces existe una mayor conciencia sobre el fenómeno y varios países adoptaron medidas para proteger a los reporteros, sin embargo, los crímenes y los ataques continúan por doquier.
En entrevista con Prensa Latina, el jefe de la Sección de la Unesco para la Libertad de Expresión y la Seguridad de los Periodistas, Guilherme Canela, subrayó la prioridad que el sistema de las Naciones Unidas otorga al tema.
De acuerdo con el experto en derechos humanos, prueba de esa voluntad es la inclusión del complejo asunto en la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de la ONU, específicamente en el objetivo 16 «Promover sociedades justas, pacíficas e inclusivas», en el cual están reflejados desafíos de garantizar el acceso público a la información y de proteger las libertades fundamentales.
En cuanto a la Unesco como componente del sistema de las Naciones Unidas, destacó la activación hace una década del Plan de Acción para la Seguridad de los Periodistas y la Cuestión de la Impunidad.
Se trata de un esfuerzo junto a muchos actores, desde los Estados miembros hasta la sociedad civil, bajo una visión que llamamos «de las tres P»: protección, prevención y procuración de justicia, manifestó.
Según el ente multilateral, la cuestión de la impunidad merece una especial atención, pese a algunos avances en los últimos años.
Los índices de asesinatos sin esclarecer resultan escandalosos, 86 por ciento, panorama que la Unesco estima amedrentador para el trabajo de los reporteros y muy negativo para la libertad de expresión.
NO SOLO ASESINATOS
La Unesco considera la alta cifra de periodistas asesinados un recordatorio de las crecientes fisuras en los sistemas del Estado de Derecho, que ponen de relieve el incumplimiento por los gobiernos de sus obligaciones de proteger a los profesionales de la prensa y prevenir y enjuiciar los crímenes contra ellos.
Llama la atención el hecho de que la mayoría de los homicidios reportados el año pasado (86) ocurrieran en países sin escenarios de guerra o conflicto.
Los motivos de los asesinatos resultan diversos, entre ellos, represalias por informar sobre el crimen organizado, los conflictos armados, el auge del extremismo, la corrupción, los delitos contra el medio ambiente y el abuso de poder.
Canela alertó que la violenta física y, en particular, la muerte, es la forma más cruda de la censura, pero no la única.
Lamentablemente, vemos también arrestos arbitrarios, secuestros e intimidación, y más reciente la cuestión de los crímenes en línea, abundó.
En las plataformas digitales, las amenazas y los ataques contra periodistas crecen de manera exponencial, un ámbito en el que la impunidad resulta preocupante.
Al respecto, Canela abordó la importancia de la preparación de fiscales y jueces, quienes deben adaptar sus investigaciones y procesos al contexto de los crímenes y la violencia en línea.
Para nosotros -expuso a Prensa Latina el especialista de la Unesco- el trabajo es de muchos componentes, desde los Estados y la sociedad civil hasta, en este caso, de las empresas proveedoras de servicios en Internet, llamadas a desempeñar un rol clave frente al acoso y las agresiones en la red de redes.
MUJERES PERIODISTAS, MÁS VULNERABLES
Las mujeres representan blanco particular de las agresiones, situación acentuada con la irrupción de Internet y las plataformas digitales.
El jefe de la sección de la Unesco encargada de la Libertad de Expresión y la Seguridad de los Periodistas comentó los resultados de una consulta que arrojó denuncias de amenazas y acoso por el 73 por ciento de las profesionales entrevistadas.
Un 20 por ciento de ellas afirmó que esa violencia se materializó fuera del espacio virtual, señaló Canela.
Para atraer la atención sobre el tema, la sede de la Unesco acogió a finales de abril una muestra fotográfica sobre los peligros y las amenazas que enfrentan a escala global las mujeres periodistas en el ejercicio de su profesión.
La misión de Países Bajos en el ente multilateral y organizaciones no gubernamentales prepararon la exhibición, que ilustró los desafíos de seguridad con los que lidian las reporteras, a través de 12 portadoras de la denuncia con sus historias personales.
Uno de esos testimonios corrió a cargo de la periodista afgana Lailuma Sadid, quien compartió sus experiencias y los problemas en su país para abordar la situación de las mujeres y sus derechos, y en especial de las comprometidas con informar a la opinión pública.